miércoles, 21 de abril de 2010

LA DUDA


T.O: Doubt
Director: John Patrick Shanley
Intérpretes: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Viola Davis
Año: 2008.
País: USA
Género: Drama



Adaptación de la obra teatral de John Patrick Shanley, dirigida también con un gran éxito por el director de la película.


Se trata de una película de las que te hace reflexionar. Normalmente en las películas americanas después de los primeros diez minutos los argumentos son totalmente previsibles. En esta película no ocurre así. Te sorprendes cambiando de opinión varias veces. Lo curioso es que estos cambios de opinión no son dirigidos por la historia, al menos en un inicio, pues según las vivencias o creencias de cada persona resulta la inclinación inicial a una opinión u otra. Aquí no existe la imparcialidad del espectador: te decantas indiscutiblemente por una opción. Lo más probable es que pienses más tarde que te has precipitado en tus conclusiones, y eso puede que varias veces.

La interpretación de todos los actores es soberbia. Destaca la inigualable Meryl Streep como la hermana Aloysius, con una interpretación con muchísimos y logradísimos matices que evita la fácil caricaturización del personaje. Por eso consigue - a pesar de la edad, gran hándicap en Hollywood - ser mujer protagonista en grandes películas, tema que sería para que corriera mucha tinta, pero será en otro momento. Porque también Philip Seymour Hoffman consigue proporcionarle al personaje del padre Brendan una gran humanidad y calidez en contraposición a la hermana Aloysius. Y en un pequeño papel una maravillosa actuación de una Viola Davis, en estado de gracia, interpretando a la madre del alumno negro. Resulta esta actriz tan convincente que es aterrador el pragmatismo y la desesperación que llega a transmitirnos.

La película, ni el título ni la traducción nos engaña, trata sobre la duda. ¿Cuándo podemos estar seguros de algo? ¿Es suficiente el profundo convencimiento causado por una fuerte intuición?, como puede ser una interpretación de una retirada de manos por uñas sucias (no desvelo más). Sembrar una duda sin tener una total seguridad - viene a decir la película - es peligrosísimo, pues una vez creada la duda no es posible volver a la situación anterior como si no hubiera ocurrido nada pues sigue volando en el inconsciente las palabras vertidas. El símil fílmico es muy revelador: es como cuando si se destripa un cojín de plumas en un tejado, no podrás volver a coger esas plumas y rellenar nuevamente el cojín. Estas plumas se han esparcido y volado irremediablemente.

El actuar por cotilleo (sin conocimientos y por puro placer) dice el padre Brendan es, aparte de pecado, un ataque irreversible a la honra, en la que coloca al sujeto atacado como si encontrara ante la inquisición sin derecho a defensa. A Jorgesjavieres, seudoperiodístas del mundo de corazón y demás cotillas profesionales habría de explicarles el concepto de honor, honra,etc.

El cambio histórico de modernización de la Iglesia Católica que con el Concilio Vaticano II llevó a cabo Juan XXIII en 1962 se transmite en la película. Está la vieja visión de Meryl Streep, que se da cuenta del cambio pero no lo acepta: como el viento que entra por su ventana y le tira sus papeles con su resignación (que no aceptación), o como el mismo viento tirando ramas y golpeando a una monja anciana y casi ciega a la que se conserva como docente sin que sea útil, por miedo al cambio. Por otro lado, el Padre Brendan buscando un mayor acercamiento a los feligreses y una forma menos rígida de enseñanza. La monja joven navega entre ambas corrientes pero al final debe decantarse por una… el concepto de monja/mujer tiene mucho que ver en esta opción.

Porque la visión tan diferente dentro de la Iglesia de curas y monjas es abrumadora. Habiendo estudiado la que esto escribe con unos y con otros, aprecio muy bien representada la diferente concepción de la vida religiosa de unos y otros en la comida de los curas (con carne roja casi cruda, risas podría decirse que demasiado profanas) y la muy estricta y espartana de las monjas, con su sentido externo de la obediencia y pobreza rayando lo absurdo.

Esta película tiene la cualidad de hacerte pensar. La última en mi caso que lo ha conseguido ha sido La Cinta Blanca de Haneke. La Duda es, dicho sea de paso y para bien o para mal, muchísimo más fácil y con un final en comparación con ésta mucho más cerrado.
El tema de la película es de gran actualidad: la pederastia. El problema de fondo está en esa duda. En relación a curas en contacto con niños, si no se actúa contra el presunto pederasta por no tener la total seguridad – por tratarse de percepciones o informaciones no suficientemente contratadas – se asume el riesgo de que el pederasta pueda atentar contra otros chicos. El daño (también irreversible) para estos chicos podría haber sido evitado , pero la duda hace, a su vez, que lo que es un cura inocente, por malicia o interpretación errónea pueda ser apartado y convertido en un paria social y laboral y su vida destrozada.

De esto es lo que la Iglesia católica, el actual Papa a la cabeza, puede ser acusado. ¿tenían dudas? Si no las había es complicidad o peor aún acción por omisión porque si no separas a un pederasta del contacto con niños es dejar a un pirómano con mechero en el bosque. Si había dudas, cuando menos hay una responsabilidad moral.

En el DVD los extras son muy interesantes. Hay una pregunta que le hacen a Meryl Streep sobre la dificultad de interpretar un personaje en el que no se puede expresar individualidad por la forma de vestir del hábito de monja. Ella responde que todos los seres humanos manifestamos nuestro carácter también en pequeños detalles. En su interpretación, lo hizo con la forma de llevar el tocado de la monja: la monja joven lo lleva abierto, enseñando la cara y ella (Meryl Streep) cerrado sobre la cara. También, dicen se nota en la forma de llevar el crucifijo: Mery Streep en una escena casi “acuchilla” con él al Padre Brendan.

En definitiva, una gran película: bien realizada, maravillosos actores y actuaciones y - de las que a mí me gustan - una película con alma, que te hace sentir pensar y te crea dudas y da opción al diálogo y a la discusión (sin que la sangre llegue al río).

Película Muy recomendable (valoración 8 sobre 10)

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con la valoración que hace la bloguista de la película. En mi caso no daba un duro por ella, pero me quedé enganchado y me sorprendió.
Siendo 'americana' (lenguaje cinmetagráfico ejemplar, interpretaciones magníficas e historia con acción y fácil de seguir) no es de blanco y negro, sino de grises.
La disculpa es la pederastia en la Iglesia Católica, pero podría ser cualquier otro escenario y situación. El tema realmente, como acertadamente dice la bloguista, está en el título y en la frase que se lanza desde el púlpito en un momento dado del film "La duda puede ser tan profunda y poderosa como la creencia". efe

Anónimo dijo...

Lo normal es que el espectador que acude a ver una película tenga como única intención el de pasar un par de horas entretenidas y a su conclusión se olvide de ella. LA DUDA es una excepción, se sale de verla y entonces empieza “otra pelicula” ésta a desarrollar en el interior de la mente del espectador que intenta resolver muchas de las dudas que la película deja planteadas y no resueltas. Leo tu crítica que me parece muy acertada no solo por tu opinión, con la que coincido plenamente, sino porque das unos detalles, uñas sucias, cofias abiertas o cerradas, comidas, etc que es fácil que al espectador normal puedan pasar desapercibido y que encierran un indudable mensaje. A mi también se me presenta la “duda” de si ante una situación de probable pederastia debe prevalecer el principio legal de la presunción de inocencia o bien la obligación moral de prevenir futuros peligros aislando al presunto culpable. La hermana Aloyse, fanática preconciliar, lo resuelve dentro de “su” colegio y de las normas de “su” organización clerical. ¿acertó?, o bien rompió solo por intuición el cojin de plumas y las esparció hundiendo al Padre Brendan. Quizás la solución de su obispo cerrando los ojos y cambiándole de parroquia sea una adelanto de lo que la Iglesia haría años después en casos similares y otros, por desgracia, probados. Coincido con Cato que el personaje que mas me conmovió fue el de la madre del niño negro, terrible dilema el suyo que resuelve de forma ¿cobarde, resignada, egoísta?, quien lo sabe. Me gustó mucho la película y sus magníficos intérpretes. Te felicito, seguiré con interés tu blog.