sábado, 26 de diciembre de 2009

EL VERANO DE KIKUJIRO DE TAKESHI KITANO



Dirección, guión y montaje: Takeshi Kitano
País: Japón.
Año: 2000.
Duración: 120 min.
Intérpretes: Beat Takeshi (Kikujiro), Kayoko Kishimoto (mujer de Kikujiro), Kazuko Yoshiyuiki (abuela de Masao), Yusuke Sekiguchi (Masao), Great Gidayu (motorista/Fatso).
Producción: Masayuki Mori y Takio Yoshida.


SINOPSIS: Masao es un niño de nueve años que vive con su abuela. Llega el verano y se interrumpen todas las actividades y se encuentra sólo. Aburrido, Masao decide ir en busca de su madre, a la que no conoce. Con una fotografía y una dirección como únicas referencias, y muy poco dinero, el plan parece condenado al fracaso. Una conocida de su abuela propone que su marido le acompañe. El problema es que el desaprensivo Kikujiro, un antiguo yakuza, no parece precisamente la compañía ideal para un niño, aunque, nunca se sabe.

Calificación: ***

Reconozco que es una película que me ha costado acabar de ver. La inexpresividad de Takeshi Kitano, las escenas lentas sin una clara continuidad hacen que resulte una película insípida que pretende hacer una revisión sin éxito de El Chico de Chaplin. Salvando algunos gags de cierta comicidad como la de las carreras de bicicletas y junto al rio con los dos jóvenes motoristas, el resto es un intento de algo que no llega. A diferencia de la genial El Chico, en El Verano de Kikujiro el cariño entre el yakuza (véase el vagabundo Chaplin) y el niño no trasciende la pantalla. El personaje de Kikujiro se mueve como un exboxeador tarado en una especie de road movie que no lleva a ningún sitio. Se salva de esa película el chico, Yusuke Sekiguchi, que consigue crear esa sensación de nostalgia que transmite un niño huérfano de padre, abandonado por su madre y viviendo con una abuela ausente.

En esta película, Beat Kitano abandona el estilo y la violencia sin sentido de "Hanna Bi" o "Violent Cop" y se embarca en un experimento más cercano a los concursos absurdos, masoquistas e irreverentes que le hicieron famoso entre sus paisanos. Kitano, que comenzó su carrera acompañado de otro cómico "Beat" Kiyoshi (que aparece en la película como el obrero acosado en la parada del autobús y al que el yakuza le roba el bocadillo en una escena infantil) formando el dúo "los dos beats", parece haber intentado volver a sus orígenes.

Tanto el gusto de la violencia por la violencia como los gags fáciles y simplones no son de mi gusto, por lo que no veréis muchas críticas de Takeshi Kitano en este blog.

Curiosidades: el nombre de su padre es Kikujiro. Dice Takeshi Kitano que su padre sólo habló con el tres veces.
En 1989 debutó como director. Tras un grave accidente de tráfico al cual sobrevivió milagrosamente y que le obligó a someterse a una complicada operación de cirugía estética, su actitud hacia la vida cambió.
En los años 80, el alcohol y las pasiones pasajeras fueron la norma habitual en una existencia que incluso lo llevó, por un tiempo, a la cárcel. Casado con una mujer que soporta sus devaneos con paciencia, Takeshi emplea las contradicciones de su doble moral en los espectáculos que protagoniza, haciendo público su arrepentimiento ante los espectadores, conocedores, por cierto, de todos los detalles de su biografía gracias a la exitosa emisión de un teledrama sobre su vida. No ha de extrañar esta falta de pudor si se advierte la cantidad de horas que pasa ante las cámaras, con programas diarios a distinta hora y de diverso contenido.

Enlaces:http://www.galeon.com/elartefacto/Japon/Cine/Kitano.htm


1 comentario:

Anónimo dijo...

He recibido una gran alegría al leer tu crítica de Kikujiro, muy técnica y sobre todo valiente, al dar un claro suspenso a esta película, pese a haber recibido el premio de un certamen celebrado en España y de haber sido ensalzada por otros críticos menos sinceros que tú en diversos periódicos. Te digo que me he alegrado porque hace tiempo vi esta película con mi compañera y nos pareció un ladrillo insoportable, por lo que al conocer el premio que la dieron pensamos que nuestro gusto cinematográfico era malo y anticuado. Ahora, tranquilo, veo que somos buenos cinéfilos y sabemos distinguir la buena película del rollo patatero. Volveré a ver tu blog pues me gusta el cine y tus comentarios.