jueves, 7 de enero de 2010

SUEÑOS DE SHANGAI

T.O.: Shangai Dreams
Año: 2005
Director: Wang Xiaoshuai
Intérpretes: Gao Yuanyuan (la hija), Li Bin (el joven pretendiente), Wang Xueyang (la amiga), Qin Hao, Yao Anlian (el padre), Tang Yang
Calificación: ****
Antecedentes: La mejor manera de explicar los antecedentes de esta película es leer el comentario que aparece en los extras del DVD, comentario que transcribo: A mediados de los años 60, el gobierno chino, temeroso de un gobierno armado con la URSS, dispuso que una serie de fábricas de importancia estratégica fuesen trasladadas tierra adentro, para constituir una “tercera línea de defensa”.
En respuesta a la llamada a la patria, un gran número de trabajadores abandonaron sus pueblos con toda la familia para trasladarse con sus fábricas a las desoladas tierras de la China occidental. Los trabajadores – que en su mayor parte procedían de grandes ciudades, como Sanghai, Pekín, Harbin y Sheryang – roturaron la tierra virgen, levantaron nuevas fábricas y emprendieron una nueva vida en el corazón de China. Hoy en día, la mayoría de ellos permanece en su tierra de adopción en la China profunda.
Sueños de Sanghai se desarrolla en Guirang, provincia de Guizhou, a principios del decenio de 1980. En ese tiempo la nueva política reformista y de apertura al resto del mundo comenzaba a tomar forma, proporcionando a esos trabajadores nuevas esperanzas y alimentando sus sueños de regresar a las urbes de que inicialmente procedían.

El mismo Wang Xiaoshuai manifiesta en los extras del DVD que tiene una parte autobiográfica, en cuanto se adentra en sus recuerdos de la comunidad en la que vivió cuando era pequeño. El director también procedía de Shanhai y con su familia se trasladó a la provincia de Ghizhou China como los protagonistas de la película.
Los voluntarios que emigraron a estos pueblos chinos añoran la vida de la ciudad natal y sufren por la dificultad del retorno y ven su estancia allí como algo temporal para el regreso a la ciudad que pertenecen. En cambio sus hijos que han crecido en esas poblaciones que sus padres no aprecian por atrasadas echan allí raíces y no comprenden por qué han de abandonarla por una ciudad lejana y extraña.
La protagonista, Qinghong, va a la escuela de Guirang y tiene su mejor amiga y allí tiene también al que puede convertirse en su primer novio, un joven trabajador fabril. Este la aguarda cada noche en un lugar elevado con la esperanza de que la chica vaya a reunirse con él, le regala unos zapatos rojos en muestra de amor.

El problema del padre de la protagonista, un estupendo Yao Anlian, es que está absolutamente convencido de que ese no es su sitio ni el de su familia, que salir de Sanghai fue una equivocación que no le perdona a su mujer, y de que quieran o no sus hijos no deben de tener más vínculos de los necesarios para poder regresar en cualquier momento. La conversación en la cocina entre los padres mientras esperan a que llegue a cenar la hija refleja claramente la visión del padre. El chico de la fábrica que sigue a su hija es el principal escollo para sus planes y de una forma dictatorial impide cualquier acercamiento de la pareja, llegando a seguir a su hija a la salida de la escuela o tirarle los zapatos rojos que el joven le regaló a su hija.
La corriente aperturista del nuevo presidente Den Xiaoping que empieza a abrirse en las grandes ciudades todavía no se ha extendido a pueblos como Guirang, de ahí la huída de la familia al amanecer (aunque dicho sea de paso, parece por la luz que sea pleno día).

La película consigue hacer un retrato muy detallado de los personajes y un reflejo de una parte de la historia china. Se ve, aunque de forma muy tímida - posiblemente demasiado tímida - una cierta crítica en escenas como la revisión y corte de pantalones de campana, patillas y permanentes en la entrada de la escuela. Es muy expresiva la cara de los padres en la escena de la huída del pueblo cuando oyen desde el coche las sentencias de muerte, incluida la del violador de su hija.

Curiosidades: En esta película se retrata a trabajadores chinos que voluntariamente salieron de las ciudades para irse a los pueblos, sin embargo existía otra realidad: la de trabajadores obligados a hacerlo. Estos incluso debían abandonar a sus familias para imbuirse en el auténtico ambiente proletario por tener unos antecedentes poco comunistas. Como tantos otros, los directores Zhang Yimou y Chen Kaige (máximos representantes de la Quinta Generación de Directores chinos) fueron forzados a ello por parte de las autoridades Chinas.

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